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Todo comienza con el sueño de alguien - Larry Niven

jueves, 21 de junio de 2012

Buscando maneras de sobrevivir.

Cuando las puertas del hospital se abrieron un sentimiento de impotencia recorrió el estómago de Marina. Recordó lo que le había contado Marcos sobre su hermano y sobre su enfermedad y sintió como sus manos se tensaban. Imaginó una montaña de arena escapándose entre los dedos de sus manos.
No podía hacer nada, ya era ta
rde.
Entró, decidida a combatir contra todo gigante enfermizo que interrumpiese su camino.
En la entrada, Helena, la nueva recepcionista joven. Aparentaba unos veintidós años, se dijo.
-Hola, ¿en que puedo ayudarles?
Marina no se percató de que hablaba y siguió caminando, hasta que Marcos rodeó su brazo derecho con su mano y le hizo una señal para que esperase.
-Vamos a la última planta, habitación 406.
-Espere que lo compruebo, un segundo por favor.
La observó detenidamente. Ojos negros, cabello negro y rizado, piel morena. Bastante guapa, pensó.
-Es la habitación de Andrea Martínez según dice aquí, ¿es esa la persona a la que queréis visitar?
Marina asintió.
-Si.-Respondió Marcos.
-Genial.-Dijo la recepcionista con una sonrisa.
Pasearon por los pasillos hasta llegar a la habitación donde vieron a Andrea, sentada en el alfeizar de la ventana como siempre.
Andrea giró su rostro cuando Marina golpeó la puerta.
Un sonrisa apareció en ella.
-¡Hola!-Gritó dejando el libro en un sillón que había junto al ventanal.
-Andrea, venimos a verte, ¿qué tal te encuentras?
Andrea se tiró a sus brazos.
-Deseaba verte.
-Veros.-Corrigió Marcos.-Deseaba veros, yo también vengo.
Andrea miró con cara extrañada a Marina. Marina torció el labio y después sonrió.
-Él es uno de los nuevos voluntarios en el grupo. Se llama Marcos.
-Encantado.-Marcos le tendió la mano.-A tu servicio.
Andrea rió y volvió a su rincón.
Marcos se sentó en uno de los sillones que había para invitados. Marina, en cambio, paseó por toda la habitación. 
-¿Que tal te encuentras?-Preguntó mientras se fijaba en una bola de cristal que había en una estantería encima de la camilla.
-Estupendamente.-Sonrió con una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja. Su pelo moreno disminuía cada vez más, apenas le quedaba. Sus ojos azules querían llorar y estaban en desacuerdo con su sonrisa.-Hoy he desayunado y todavía tengo hambre. Creo que el tratamiento funciona, es decir, dicen que con la quimioterapia sientes nauseas y yo no he tenido.
Marina abrió los ojos de par en par, estaba contenta.
-Genial, eso es buen síntoma ¿verdad Marcos?
Marcos se quedó pensativo, con la mirada fija en la nada.
-Si, claro.-Dijo en  un tono no muy convencido que a Marina le hizo dudar.
Andrea se incorporó y paseó por la habitación junto a ella.
-Te he traído otro libro.-Dijo al fin mientras se acercaba a su bolso.-Esta es mi novela favorita, 

1 comentario:

  1. D:
    Marcos(le llamaré señor platanoXD),te odio¬¬no se le corrige,si Andrea dice verte,es verte y punto¬¬
    Besitos de miel^^y voy a por el siguiente:D
    Alicia

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