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Todo comienza con el sueño de alguien - Larry Niven

martes, 19 de junio de 2012

En la vida hay cosas sencillas y cosas complicadas.

Paseaban por una de las calles principales. Marina siguiendo a Marcos, Marcos conduciendo a Marina.
-¿A dónde vamos?
-Ya te he dicho que es una sorpresa.
Marina, que llevaba puesto unos pantalones cortos color rosa, una camiseta con la bandera británica pintada y unas sandalias, andaba lo más rápido que podía.
Al fin, llegaron a una parada de autobús donde vio que Marcos paraba.
Se extrañó y después volvió a caminar hacia uno de los autobuses que acababan de parar.
-Dos.-Aclaró Marcos al pagar.
Se sentaron en uno de los asientos por parejas que había al final del autobús.
-¿A dónde nos lleva?
-Para de hacer preguntas y confía en mi.
Marina giró su cabeza y miró tras la ventana. En ese momento pasaban por un parque , niños y niñas jugaban. Madres sentadas comían pipas formando un corro.
Estaba sentada junto Marcos. Apoyó su cabeza en el respaldo.
-Oye, siento mucho lo que he dicho antes. Debería haber callado.
-Calla.
El silencio reinó en su pequeño espacio.
-¿Quieres saber a dónde vamos?
Se volvió a girar y esta vez apoyó su espalda en la ventana grande del autobús.
Asintió con la cabeza.
-Quiero enseñarte mi sitio favorito.
Abrió los ojos de par en par. Marcos esperaba una respuesta.
-¿Y cuál es?
El autobús paró. Al salir, Marina observó que aquello era una carretera. Los coches pasaban y al lado había una señal, parada de autobús. Al otro lado, Marina se dio cuenta de que había un bosque.
Marcos la cogió de la mano y miró a un lado y a otro de la autovía. Al ver que no pasaba ningún coche corrieron al otro lado.
Marcos la ayudó a bajar por una cuesta arenosa.
Bajaron hasta un descampado que había. Al rededor una valla lo separaba de una antigua fábrica.
Un pequeño río pasaba alrededor de unos pinos que había en el extremos del descampado. Por otro lado, mesas de roca con barbacoas de piedras estaban situados de forma salteada.
Marina cerró los ojos, le encantaba lo que estaba viendo. El ambiente natural, el olor a hierva mojada, el sonido del riachuelo corriendo alrededor de los árboles y los pájaros.
Sonrió.
-¿Este es tu lugar favorito?
-No, ven.
La volvió a coger de la mano y siguieron el curso del río.
Cuando Marcos se paró el sonido del agua cayendo se hizo mas fuerte. Marina no se podía creer lo que estaba viendo. Había estado miles de veces en aquel campo de cumpleaños o de barbacoa con su familia, pero jamás imaginó lo que podía llegar a encontrarse en aquel lugar.
Marcos se sentó en una piedra grande que había bajo un árbol.
Marina se quedó parada, con la boca abierta.
-¡Es precioso!
La cascada bajaba por una gran roca. El agua que chocaba salpicaba.
-¿Cómo...?
-¿Cómo lo he encontrado?
Marina se sentó junto a Marcos. Notaba como el agua salpicaba en sus rostros.
-Mi hermano solía traerme a este lugar.Aquí fue donde me dio la noticia.
Marina vio dolor en los ojos azules de Marcos.
-No hace falta que me lo cuentes si no quieres.-Respondió.
-No, quiero que lo sepas. A mi hermano le detectaron el cáncer con veinte años, tan solo duró cinco meses.
Le cogió la mano y la apretó con todas las fuerzas que Marina podía proporcionarle.
-Lo único que quería hacer antes de morir era venir aquí conmigo. El día que murió mi padre no me dejó verlo. Me hubiese gustado despedirme de él. La única noticia que tuve de él fue en la habitación de mi hermano. Yo tenía trece años.- Las lágrimas no cedieron a la fuerza de Marcos y se deslizaban por los pómulos de este.-Mi madre me dijo que antes de morir, Daniel gritó mi nombre.
-¿Por qué tu padre no te dejó verlo?.-Marina, que cada vez estaba más cerca de Marcos, le apretaba aún más la mano de su ya amigo.
-No se, él nunca estuvo cerca de nosotros. Mi madre le defendió diciendo que no quería que yo sufriese. Nunca se lo perdoné, al igual que no le perdoné que le fuese infiel a mi madre.
-Vaya, yo, lo siento.
-Lo sé. Tan solo quería que supieses por qué este es mi lugar favorito. Porque aquí es donde me gustaría venir con la persona a la que amaré, donde me gustará traer a mis hijos, si tengo, o donde me gustaría venir solo. Sobretodo es el último lugar que me gustaría pisar antes de morir.
Marina se apoyó en el hombre de Marcos. Este le acarició la frente con delicadeza.
-¿Cuál es tu lugar favorito?.-Le susurró el el oído.
-No lo se, nunca me he parado a pensar en eso, pero el lugar donde mejor me siento es un lugar apartado que hay en la playa donde David tenía su piso.
Allí iba siempre,sola. Me sentaba en una roca lisa y contemplaba todo el mar. Sentía como si viviendo allí los problemas no importasen.
Marcos asintió. Marina seguía apoyada en su hombro.
-David era mi novio.-Aclaró.-Me encantaría bañarme aquí.
-Puedes hacerlo. Hace mucha calor.
-Lo sé, pero prefiero ir al hospital y venir otro día.
-Puedo traerte otro día.
-Si, por favor.
Marina alzó su rostro y se encontró con el de su compañero a tan solo unos poco centímetros del suyo.
Sintió como su corazón dejaba de latir y como, por primera vez, la respiración le faltaba.
-¿Cuántas veces te he dicho que me encantan tus ojos?-Susurró Marcos.
Sintió su aliento mentado en sus labios y quiso abrirlos. Pero no pudo.







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